«Obra pequeña: ¡eso es!, ¡eso es! PEQUEÑA. Este es uno de los adjetivos para definir lo bello en arte. Aun el Moisés, con ser tan inmenso, te parece que lo puedes llevar para la casa. Pero más aún lo griego. Las Venus y el Efebo del Subiaco te dan la impresión de que puedes llevarlos, que caben en todas partes. Lo bello no tiene dimensiones. Los que hayan contemplado a los dioses griegos y al Moisés, me comprenderán. Al decir pequeño, quiero significar lo que no tiene longitud, ni latitud, ni espesor; que nada le sobra; que es una idea materializada y que la materia es la precisa para que la idea se manifieste.

Sigamos, pues. Quizá la palabra no sea pequeña, sino liviana. Las obras feas, pesan, y es propiedad de la belleza espiritualizar la materia.

Pequeño, sencillo y liviano tienen casi el mismo significado en este ensayo sobre el arte.»

 

El Hermafrodita dormido, Fernando González, 1933.

17/2/2021

Obra PEQUEÑA: ¡eso es!

«Obra pequeña: ¡eso es!, ¡eso es! PEQUEÑA. Este es uno de los adjetivos para definir lo bello en arte. Aun el Moisés, con ser tan inmenso, te parece que lo puedes llevar para la casa. Pero más aún lo griego. Las Venus y el Efebo del Subiaco te dan la impresión de que puedes llevarlos, que caben en todas partes. Lo bello no tiene dimensiones. Los que hayan contemplado a los dioses griegos y al Moisés, me comprenderán. Al decir pequeño, quiero significar lo que no tiene longitud, ni latitud, ni espesor; que nada le sobra; que es una idea materializada y que la materia es la precisa para que la idea se manifieste.

Sigamos, pues. Quizá la palabra no sea pequeña, sino liviana. Las obras feas, pesan, y es propiedad de la belleza espiritualizar la materia.

Pequeño, sencillo y liviano tienen casi el mismo significado en este ensayo sobre el arte.»

 

El Hermafrodita dormido, Fernando González, 1933.